Dirigir es influenciar a las personas para
que contribuyan a las metas organizacionales y de grupo; también tiene que ver
predominantemente con el aspecto interpersonal de administrar.
Todos los gerentes estarán de acuerdo en que
sus problemas más importantes surgen de las personas, sus deseos y actitudes,
así como su comportamiento individual y en grupo, que los gerentes efectivos también
necesitan ser líderes efectivos.
Ya que el liderazgo implica capacidad de
seguimiento y que las personas tienden a seguir a aquellos que ofrecen medios
para satisfacer sus necesidades, anhelos y deseos, es comprensible que dirigir
incluye motivación, estilos y enfoques de liderazgo y comunicación.
La administración y el liderazgo a menudo se
consideran lo mismo. Si bien es cierto
que el gerente más efectivo casi seguramente sea un líder efectivo y que
dirigir es una función esencial de los gerentes, hay más en administrar que
sólo dirigir.
Si bien los objetivos de la empresa pueden
diferir un tanto entre organizaciones, los empleados también tienen necesidades
y objetivos que son especialmente importantes para ellos. A partir de la función de dirigir, los
administradores ayudan a las personas a ver que pueden satisfacer sus propias
necesidades y utilizar su potencial al contribuir a las metas de una
empresa. Los administradores deben
entender los roles asumidos por las personas y las individualidades y
personalidades de la gente.
Los individuos son mucho más que un factor
productivo en los planes de la administración.
Son miembros de sistemas sociales de muchas organizaciones; son los
consumidores de bienes y servicios y así influyen de manera vital en la
demanda; y son miembros de familias, escuelas, iglesias, asociaciones
industriales y partidos políticos. En
estos distintos roles, se establecen leyes que gobiernan a los administradores,
éticas que guían el comportamiento y una tradición de dignidad humana que es
una característica importante de nuestra sociedad. Los administradores y las personas que
dirigen son miembros que interactúan en un amplio sistema social.
Las personas actúan en diferentes roles, pero
también son diferentes entre ellos; no hay una persona promedio. Las empresas desarrollan reglas,
procedimientos, programas de trabajo, normas de seguridad y descripciones de
puesto, todos con la suposición implícita de que en esencia, todas las personas
son iguales. Pero, los individuos son
únicos, tienen diferentes necesidades, diferentes ambiciones, diferentes
actitudes, diferentes deseos de responsabilidad, diferentes niveles de
conocimientos y habilidades y diferentes potenciales.
El entendimiento de las personas
Un punto de vista acerca de la naturaleza de
las personas fue expresado por Douglas McGregor, en su teoría X y teoría
Y. Adminstrar debe empezar con la
pregunta básica de cómo se ven los gerentes a sí mismos en relación con
otros. Este punto de vista requiere
algún pensamiento sobre la percepción de la naturaleza humana. Las teorías X y Y son dos series de
suposiciones acerca de la naturaleza de las personas. No son prescripciones, son suposiciones que
deben ser probadas contra la realidad.
Son deducciones intuitivas y no se encuentran basadas en la investigación. Estas teorías son puntos de vista de las
personas completamente diferentes.
Las
teorías X e Y son de direcciones contrapuestas; en la primera, los directivos
consideran que los trabajadores sólo actúan bajo amenazas, y en la segunda, los
directivos se basan en el principio de que la gente quiere y necesita trabajar.
La teoría
X lleva implícitos los supuestos del modelo de F. W.
Taylor, y presupone que el trabajador es pesimista,
estático, rígido y con aversión innata al trabajo, evitándolo si es posible. El directivo piensa que, por término medio,
los trabajadores son poco ambiciosos, buscan la seguridad, prefieren evitar
responsabilidades, y necesitan ser dirigidos. Y considera que para alcanzar los objetivos de
la empresa, él debe presionar, controlar, dirigir, amenazar con castigos y
recompensar económicamente.
Es
decir:
·
Los seres humanos promedio
sienten un inherente desagrado por el trabajo y lo evitarán si pueden.
·
Debido a esta característica
humana de desagrado por el trabajo, la mayoría de las personas serán obligadas,
controladas, dirigidas y amenazadas con castigos para hacerlas realizar un
esfuerzo adecuado hacia el logro de los objetivos organizacionales.
·
Los seres humanos promedio
prefieren ser dirigidos, desean evitar la responsabilidad, tienen relativamente
poca ambición y quieren seguridad ante todo.
La
teoría Y, por el contrario, se caracteriza por considerar al trabajador como el
activo más importante de la empresa. A
los trabajadores se les considera personas optimistas, dinámicas y flexibles.
El directivo piensa que, por término medio, los trabajadores:
- Piensan
que La inversión de esfuerzo físico y mental en el trabajo es tan natural como
el descanso y el juego.
- Ejercen
autodirección y autocontrol.
- Su
grado de compromiso se da en proporción con la magnitud de las recompensas que
se asocian con su logro.
-
Los seres humanos aprenden a aceptar y a buscar responsabilidades.
-
Las personas tienen imaginación y creatividad en la solución de problemas.
-
La sociedad actual aprovecha tan sólo parcialmente las potencialidades de los
seres humanos.
Y considera
que para alcanzar los objetivos de la empresa, él debe:
-
Considerar al individuo maduro y responsable.
-
Considerar que el trabajador ejercerá un estilo de dirección participativo,
democrático, basado en la autodirección y autocontrol y con escaso control
externo.
La
teoría X es pesimista, estática y rígida; el control es primordialmente
externo, impuesto al subordinado por el superior. En contraste, la teoría Y es optimista,
dinámica y flexible, centrada en la autodirección y la integración de las
necesidades individuales con las demandas organizacionales.
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