martes, 2 de junio de 2020

domingo, 19 de abril de 2020

Comercialización - Introducción para la Gestión Ingenieril


Definición

Comercialización es aquella actividad que realiza toda empresa en la búsqueda de las relaciones redituables y adecuadas con sus clientes

Es “La planificación, organización, dirección y control de la corriente de satisfactores (bienes o servicios) desde el productor al consumidor, y el flujo de información que se produce derivado de la conducta de estos que debe modificar o adaptar esta corriente en la búsqueda del mayor mutuo beneficio

El proceso comienza en la búsqueda de la detección de las necesidades de los consumidores hasta la entrega del bien o servicio requerido y vuelta al comienzo con el relevamiento de la información que se obtiene del proceso de consumo con la finalidad de adecuar la oferta intentando el ajuste lo más perfecto posible.

De la búsqueda del ajuste entre oferta y satisfacción del cliente debe nacer un bien más preciado para el productor que es la relación con su cliente intentando en todo momento lograr su fidelidad.
Comercialización, marketing, mercadeo son palabras sinónimos que pueden utilizarse indistintamente.
Otra definición de Comercialización puede ser: es la materia que estudia la administración de relaciones redituables con los Clientes.

Al grano: ¿Qué es el marketing o Comercialización?
Pragmáticamente decimos que es el manejo de relaciones redituables con el cliente cuyo objetivo es crear valor.

Este objetivo de crear valor es una meta de dos caras pues la organización debe crear valor de su cliente al obtener su redituabilidad y el cliente obtendrá valor de su proveedor al lograr satisfacer su necesidad con el menor coste relativo posible.

Además, al lograr dar el valor requerido por su cliente se genera el efecto de casaca al actuar el cliente como un medio de divulgación de nuestras propuestas.

Básicamente la función de comercialización buscará los clientes que la organización requiere para su subsistencia en base a prometer un valor superior al de la competencia y a la satisfacción posterior de sus expectativas para generar el efecto multiplicador deseado.

Suele decirse con razón que el marketing lo es todo! Pues sin marketing no existe venta, sin venta no existe organización posible.  Todo el mundo genera marketing: el abogado, el ingeniero, el kiosquero, el pastor o cura, la universidad, la farmacia, el ballet, la fábrica.  Todos necesitan satisfacer la necesidad de alguien para justificar su existencia y en ese camino deben de ajustar su oferta a la demanda, darla a conocer, ponerla a disposición de la sociedad, convencer sobre sus atributos, entregarla y relevar que tan bien se ajustó la propuesta a la expectativa de su consumidor.

Si, el marketing lo es todo, podrá un profesional decir que no le interesa vender y que solo ejercerá su profesión esperando que sus clientes lleguen por recomendación, pues bien, esta es una forma de marketing, una política comercial adaptada a un servicio profesional.  Si no comprendemos que el marketing siempre podremos estar cerca de llegar a un punto de realización total más nunca lo podremos alcanzar.

Decimos que marketing es el estudio de las necesidades de los consumidores, el desarrollo de la puesta del efector de valor, su puesta a disposición del mercado objeto, las tareas de divulgación y manejo del flujo recíproco de información que se da en el intercambio, este proceso se denomina “Marketing”.

En este punto ya está más que claro que el término comercialización o marketing no se refiere a la función de divulgación, al mercadeo sino que estas son parte del proceso de marketing y su confusión radica en que originalmente, cuando se conocía la palabra marketing era para identificar este aspecto propagandístico.  Con el tiempo y el avance de los estudios sobre comportamiento humano el marketing fue tornándose una ciencia en si para terminar siendo concebido como el proceso descripto.

Entonces, marketing no es solo promocionar, no es solo vender… es el proceso completo que entre otras acciones incluye la de promocionar y vender.

Es función del gerente de marketing entender las necesidades del consumidor, transferirlas a su organización para diseñar la propuesta adecuada y coordinar los esfuerzos para que llegue, finalmente, al consumidor debiéndose encargar también de aspectos tales como la logística para la distribución y encontrar la forma de pago adecuada tanto para el cliente como para la organización.

Tareas del marketing:
· Entender las necesidades del consumidor.
· Desarrollar productos de valor superior.
· Fijar precios y distribuir de manera eficaz
· Relevar las opiniones del consumidor y generar la retroalimentación para con su organización.

Definido de manera general, el marketing es un proceso social y administrativo mediante el cual los individuos y los grupos obtienen lo que necesitan y desean, creando e intercambiando valor con otros.

El proceso de marketing

1.     Encontrar necesidades y deseos insatisfechos que nuestra organización pueda satisfacer.
2.    Diseñar una estrategia orientada al cliente.
3.    Elaborar un programa de marketing que entregue un valor superior.
4.    Establecer relaciones redituables y lograr la satisfacción del cliente.
5.    Generar la retroalimentación que permita dar continuidad a este ciclo.

En los primeros pasos las organizaciones trabajan para entender a los consumidores, crear valor para el cliente y establecer relaciones firmes con éste para recién a partir de este punto obtener las recompensas que este intercambio deje.


Breves conceptos necesarios entender
1.       Necesidades, deseos y demandas;
2.       Ofertas de marketing (productos, servicios y experiencias);
3.      Valor y satisfacción;
4.      Intercambios y relaciones;
5.      Mercados.

1.      Necesidades, deseos y demandas del consumidor
El concepto fundamental que subyace en el marketing son las necesidades humanas.
Las necesidades humanas son estados de carencia percibida e incluyen las necesidades físicas básicas de alimento, ropa, calor y seguridad; las necesidades sociales de pertenencia y afecto; y las necesidades individuales de reconocimientos y expresión personal.  Estas necesidades no fueron creadas por los responsables del marketing, sino que forman una parte básica de la vida de los seres humanos.

Los deseos son la forma que adopta una necesidad humana moldeada por la cultura y la personalidad.  Un hombre occidental necesita alimentos pero desea una Big Mac, papas fritas y una gaseosa, en cambio un individuo de la india deseará algo totalmente diferente

Cuando las necesidades y deseos están respaldadas por el poder de compra, se convierten en demandas.  La demanda es lo que el consumidor desea adquirir para satisfacer su necesidad percibida.

2.     Ofertas de marketing: Productos, servicios y experiencias
Las necesidades y los deseos de los consumidores se satisfacen con una oferta de marketing, que es una combinación de productos, servicios, información y experiencias.

 Las ofertas de marketing no se limitan a productos físicos, incluyen servicios, actividades o beneficios que son básicamente intangibles y que no derivan en la posesión de algo.  Algunos ejemplos de ello incluyen los bancos, las líneas aéreas, los hoteles y los servicios de reparación para el hogar.  De manera más general, las ofertas de marketing también incluyen otras entidades como personas, lugares, organizaciones, información e ideas.

Muchas veces el marketing comete el error de poner mayor atención a los productos específicos que ofrecen (lo tangible) y no en lo que pueda representar y/o generar (la experiencias que pudiera generar) entonces se padece una especia de "miopía de marketing"; pues nos concentramos tanto en el producto que no tomamos dimensión de los otros atributos que también generan valor y que pertenecen más bien a la dimensión de lo percibido. 

Lo inteligente es, entonces, ir más allá de los atributos percibidos de nuestra oferta encontrando aquellos que se crean a partir de la subjetividad del cliente, realizar la combinación de estos para así generar una adecuada experiencia para el consumidor.

Concretamente, producto es aquello que se ofrece para satisfacer una necesidad y es formado por la mezcla de la mercadotecnia que incluye a factores tales como el bien, el precio, la forma de distribución y exposición y, por supuesto, la sensación de uso y satisfacción que deje en el usuario.

3.    Valor y satisfacción del cliente
Por suerte para la gran mayoría de necesidades humanas existen muchas y variadas alternativas de las cuales el consumidor debe elegir.  De ahí que una de las grandes cuestiones que interesan saber al experto de marketing es el proceso de selección a la que el consumidor se enfrenta.

El encargado de marketing de la organización buscará saber no tan solo el porqué de la selección del consumidor sino también el porqué de su valoración, pues de esta cuestión dependen las futuras ventas y el mismo valor de cliente del consumidor.

Los clientes se forman expectativas acerca de valor y satisfacción que diversas ofertas de marketing le brindarán a su necesidad percibida y a la que busca complacer.  De esta percepción deriva su decisión y de sus consecuencias se obtendrá el futuro valor de cliente para la organización.

El cliente compra de acuerdo a una percepción de atributos y de la contrastación con la percepción de la satisfacción lograda derivará la futura conducta de este.  Si se cumplieron sus expectativas seguro volverá a confiar en nuestro producto  además de recomendarlo y, en cambio, si estas no están a la altura y lo desilusionan, el cliente no solo no comprará más nuestros productos sino que oficiará denostándolo con sus allegados.

Nunca debe de olvidarse que, el "producto" es una idea.

Quien diseñe la oferta de marketing debe ser muy cuidadoso al establecer el nivel de expectativa del consumidor correcto para con su propuesta.  Si se  establecen expectativas demasiado bajas quizá satisfagan a quienes compran pero no lograrán atraer a suficientes compradores pero si las expectativas se elevan demasiado es muy probable que los consumidores luego sufran de una decepción en cuanto a los atributos del producto esperados.  El valor y la satisfacción del cliente son fundamentales para establecer y administrar relaciones redituables a largo plazo con el consumidor.

4.    Intercambios y relaciones
El proceso del marketing ocurre cuando las personas deciden satisfacer necesidades y deseos mediante relaciones de intercambio social con quien ofrece ese producto o servicio que cumpla con sus expectativas percibidas.

El intercambio es el acto por el cual se obtiene de alguien un bien o servicio que se desee mediante la entrega de algo a cambio.

El gerente de marketing buscará por todos sus medios provocar la respuesta de sus prospectos (cliente objetivo) de forma tal que adquieran su oferta de marketing.  

5.    Mercados
Mercado es el conjunto de compradores y vendedores reales y potenciales de un bien, servicio, experiencia u objeto de valor que pueda satisfacer una necesidad.

Los compradores comparten una necesidad específica pero con un pequeño sesgo de variabilidad en base a su experiencia personal, su carga social y cultural que moldean su íntimo deseo de satisfacción.

La actividad profesional del marketing deberá de comprender estos mercados para lograr la correcta administración de la cuota parte que cada organización pudiera obtener.

Estrategia de marketing orientada a los deseos y necesidades del cliente

Estrategia para la Administración de las Organizaciones es Planificar el camino para concretar el objetivo que se proponga.  Evaluando el contexto de la organización, conociendo sus fortalezas, las amenazas se puede trazar el objetivo conveniente y realista que pueda concretar la organización para cumplir con su misión.

Determinar la estrategia implica planificar y asignar recursos, organizar, dirigir y controlar para volver a repetir el proceso tantas veces como se pueda con la idea de minimizar costos y maximizar ganancias.

Para diseñar la estrategia de marketing deberemos primero responder dos importantes preguntas:
1.     ¿A qué clientes debemos servir?                           (mercado objetivo)
2.    ¿Cómo atenderemos mejor a estos clientes?    (propuesta de valor)

Selección de los clientes a servir – Mercado objetivo
Teniendo nuestro producto, sabiendo sus atributos debemos determinar a quién ofrecerlo.  Tendremos en cuenta la expectativa que este puede generar y el nivel de satisfacción que pudiera lograr para determinar el precio, el sitio donde venderlo, la forma de vender y entregar.  Estamos buscando nuestro mercado.

En este estudio lo conveniente será dividir al mercado en segmentos de clientes (segmentación de mercado) según parámetros de diseño como: poder adquisitivo, locación geográfica, nivel de estudios, o cualquier atributo que pueda servir para encontrar el cliente que se ajuste a nuestra oferta.

Esta búsqueda de clientes no busca captar la mayor cantidad posible sino de seleccionarlos según se ajuste a nuestra propuesta de valor pues si nos excedemos en esta captación sin estar preparados para servir adecuadamente (en calidad, precio, distribución, post venta, etc) estaremos obteniendo clientes insatisfechos.

En el caso ejemplificador de que estuviéramos administrando una empresa de energía, conociendo nuestras limitaciones de provisión al acercarse la temporada de máximo consumo ejerceremos marketing precisamente para perder venta (desmarketing), solicitando el consumo responsable e incentivando al ahorro pues de mantenerse la demanda tendremos problemas con la respuesta y seguramente nuestra imagen corporativa se verá afectada.


Selección de una propuesta de valor
El secreto del marketing ya no es secreto, la oferta exitosa es la diferente, la que en su segmento logra posicionarse por encima de las demás debidos a un intangible que el consumidor apreciará lo suficiente como para seleccionarla.

La propuesta de valor que forma parte de nuestro producto es el conjunto de beneficios y valores que promete entregar a su consumidor para satisfacer ese deseo que percibe.   Porsche ofrece buen desempeño y emoción al conducir además de dar prestigio a quien lo posee pues la construcción de marca responde a un criterio selectivo para personas de gran nivel económico; el detergente Drive promete la limpieza absoluta de cualquier prenda a un precio relativamente adecuado.
Las propuestas de valor diferencian a un producto de otro; responden a la pregunta del cliente de "¿por qué debería comprar su marca en vez de la marca del competidor?".  Las propuestas de valor posibilitarán obtener la mayor ventaja posible en cada mercado objeto.

Orientaciones de las estrategias de marketing


El marketing busca diseñar estrategias que construyan relaciones redituables con sus consumidores objetivo, pero, ¿qué filosofía debería guiar tales estrategias de marketing? ¿Qué importancia debería darse a los intereses de los clientes, a la organización y a la sociedad?  Muy a menudo, esos intereses entran en conflicto o la estrategia que responde a un criterio dado no es la adecuada según el contexto de la organización.

Hay cinco conceptos alternativos que las organizaciones podrían utilizar para diseñar y poner en práctica sus estrategias de marketing: La producción; el producto; las ventas; el marketing y el marketing social.

1.       El concepto de producción
Los consumidores favorecen los productos que están disponibles y son altamente costeables.  Por lo tanto, deberíamos de concentrarnos en mejorar la eficacia de la producción y su distribución con el objeto de mantener una calidad adecuada al menor costo posible..

Este concepto es una filosofía útil en dos tipos de situaciones:
· Cuando la demanda de un producto excede la oferta.
· Cuando el costo del producto es muy alto y se necesita mejorar la productividad para disminuir su costo.  Por ejemplo, la filosofía de Henry Ford consistía en perfeccionar la producción del Modelo T, de manera que se redujera su costo y más consumidores pudieran solventarlo.  Él bromeaba respecto de ofrecerle a la gente un automóvil de cualquier color, siempre y cuando fuera negro.

Aunque resulta útil en algunas situaciones, el concepto de producción llega a causar miopía de marketing.  Las empresas que adoptan esta orientación corren un gran riesgo de enfocarse muy estrechamente en sus propias operaciones, y perder de vista el objetivo real: satisfacer las necesidades del cliente y crear relaciones con él.

Para mejorar su producción Henry Ford contrata al Ing. Taylor quien describe los conceptos de mercadeo desde este punto de vista de la producción mediante el cual la empresa ofrece lo que fabrica al precio determinado de acuerdo a los costos incurridos pues el valor es la eficiencia de la producción, en ese entonces no se consideraba el valor que pudiera dar el cliente, sobre todo en este caso por tratarse de un producto novedoso sin punto de comparación.

Se dice que este enfoque tiene una mirada desde dentro de la organización hacia el afuera quienes solo privilegiarán nuestros productos porque los fabricamos a un costo accesible de acuerdo a un estándar de calidad aceptable.

2.       El concepto de producto
Los consumidores prefieren productos que ofrecen la mayor calidad, desempeño y con las mejores características innovadoras, entonces debemos mejorar el producto de forma continua.  Algunos fabricantes consideran que si son capaces de diseñar una mejor ratonera, el mundo entero tocará a su puerta; sin embargo, a menudo quedan amargamente desilusionados. Es probable que los consumidores estén buscando una mejor solución para un problema con los ratones, pero que no necesariamente es una mejor trampa para ratones.  La solución podría ser un aerosol químico, un servicio de exterminación de plagas o algo que funcione mejor que una ratonera.  Además, una mejor trampa para ratones no se venderá a menos que el fabricante diseñe, empaque y fije su precio de forma atractiva; ubique el producto en canales de distribución convenientes; capte la atención de los consumidores que lo necesitan y convenza a los compradores de que se trata de un mejor producto.

El concepto de producto también podría causar miopía de marketing.  Por ejemplo, los dueños de empresas de ferrocarriles una vez pensaron que los usuarios querían trenes en lugar de transporte, y pasó por alto el creciente desafío representado por aerolíneas, autobuses, camiones y automóviles.  Kodak supuso que los consumidores deseaban películas fotográficas en vez de una forma para captar y compartir recuerdos, y en un inicio ignoró el desafío de las cámaras digitales.

3.      El concepto de ventas
Los consumidores no comprarán el número suficiente de productos de la empresa a menos que ésta realice un esfuerzo de promoción y ventas a gran escala.  El concepto suele practicarse con los bienes no buscados, es decir, aquellos que los consumidores generalmente no piensan comprar, como seguros o donaciones de sangre.  Estas industrias deben ser hábiles para localizar prospectos y venderles con base en los beneficios del producto.

La mayoría de las empresas practican el concepto de ventas cuando enfrentan una capacidad ociosa.  Su objetivo es vender la que hacen, en vez de fabricar la que el mercado demanda.  Una estrategia de marketing como ésta implica riesgos elevados; se interesa principalmente en crear transacciones de ventas y no en diseñar relaciones redituables a largo plazo con el cliente.

El concepto de ventas implica una perspectiva de adentro hacia fuera; inicia en la fábrica, se concentra en los productos existentes de la empresa y convoca a realizar una intensa campaña de promoción y ventas para lograr ventas redituables; se enfoca principalmente en conquistar al cliente, es decir, en obtener ventas a corto plazo sin importar mucho quién realiza la compra y por qué.


4.      El concepto de marketing
El camino hacia las ventas y las utilidades se basan en el cliente y en el valor. A partir de los años 50 del siglo pasado Peter Druker decía que quien define el valor es el cliente de acuerdo a la satisfacción que experimente al utilizar nuestros productos.

La organización debe saber qué es lo que su cliente quiere y desea, ponerlo a su disposición para lograr su satisfacción y que esta defina el valor del producto.

En vez de seguir una filosofía de "hacer y vender" centrada en el producto, el concepto de marketing es una filosofía de detectar y responder centrada en el cliente: el marketing no es una "cacería" sino un "cultivo".  El trabajo no es encontrar a los clientes adecuados para el producto, sino encontrar los productos adecuados para sus clientes.

El concepto de marketing toma una perspectiva de afuera hacia dentro.  La aplicación del concepto de marketing con frecuencia significa más que el simple hecho de responder a los deseos de los clientes y a sus necesidades evidentes.  Las empresas orientadas a las necesidades y los deseos del cliente investigan a profundidad a los clientes actuales para conocer sus deseos, reúnen ideas sobre nuevos productos y servicios, y llevan a cabo las mejoras propuestas para los productos.  

Esta estrategia es adecuada para los casos en que el consumidor sabe exactamente lo que quiere y desea pero, sin embargo, en muchos casos los clientes no saben lo que desean ni lo que es posible.  Por ejemplo, hace 30 años, ¿cuántos consumidores habrían pensado en solicitar teléfonos celulares, fotocopiadoras para el hogar, servicios de compra on-line las 24 horas, películas en línea, el GPS en el celular o el reloj?  Tales situaciones requieren un marketing orientado a las necesidades y los deseos del cliente: entender las necesidades del cliente aún mejor que él mismo, y crear productos y servicios que cubran las necesidades existentes y latentes, tanto ahora como en el futuro.

5.      El concepto de marketing social
El marketing social cuestiona si el marketing pasa por alto posibles conflictos entre los deseos a corto plazo del consumidor y su bienestar a largo plazo.   La estrategia de marketing deberá entregar valor para los clientes de forma que conserve o mejore su bienestar como el de la sociedad.  Por ejemplo, en la industria de la comida rápida, las grandes cadenas ofrecen alimentos sabrosos y oportunos a precios razonables; sin embargo, expertos nutricionistas manifiestan sus preocupaciones acerca de los altos niveles de grasas y sales que contienen incrementando una nueva enfermedad: la obesidad.  Además, los productos se venden en empaques fáciles de manejar, generando basura y contaminación.  Por consiguiente, al satisfacer los deseos a corto plazo de los consumidores, las muy exitosas cadenas de comida rápida estarían dañando la salud del consumidor y originando problemas ambientales a largo plazo.  En el marketing social hay que equilibrar tres aspectos al diseñar la estrategia de marketing: las ganancias de la empresa, los deseos del consumidor y los intereses de la sociedad.

Preparación de un plan (programa) de comercialización

La estrategia de marketing de la empresa indica cuáles son los clientes a los que atenderá y la forma en que creará valor para ellos.

El programa de marketing transforma la estrategia en acciones; es el conjunto de herramientas de marketing que la empresa utiliza para realizar su estrategia de marketing.  Destacamos cuatro grandes grupos de herramientas, las denominadas cuatro P del marketing o la mezcla de la mercadotecnia: producto, precio, plaza y promoción.

· Para entregar su propuesta de valor, la empresa primero debe crear una oferta de marketing que satisfaga una necesidad (producto).
· Debe decidir cuánto cobrará por la oferta (precio).
· Deberá poner a disposición de los consumidores objetivo (plaza) el producto.
· Debe comunicarles a los clientes objetivos la oferta y persuadirlos de sus méritos (promoción).

Establecimiento de las relaciones con el cliente


Los tres pasos iniciales del proceso de marketing (entender el mercado y las necesidades del cliente, diseñar una estrategia de marketing orientado a las necesidades y los deseos del cliente, y elaborar programas de marketing) conducen al cuarto paso, que es el más importante: crear relaciones redituables con el cliente.

Administración de las relaciones con el cliente (CRM: Customer Relationship Management)
Hasta hace poco tiempo, la Administración de Relaciones con el Cliente se definía, de forma estrecha, como una actividad de manejo de datos del cliente.  Con tal definición se enfatizaba el manejo detallado de información acerca de clientes individuales y el manejo cuidadoso de "puntos de contacto" con el cliente.  Sin embargo, más recientemente, la administración de las relaciones con el cliente adquirió un significado más amplio, definiéndola como el proceso de establecer y mantener relaciones redituables con el cliente, al entregarle valor y satisfacción superiores.

La clave para diseñar relaciones perdurables con el cliente es crear un valor y una satisfacción superiores para él.  Los clientes satisfechos suelen ser clientes leales y dar a la empresa una mayor participación en sus negocios.

Con frecuencia los clientes no juzgan los valores y los costos del producto de manera precisa ni objetiva, sino que actúan de acuerdo con el valor percibido.  Por ejemplo, ¿Jet Pack realmente realiza la entrega urgente más rápida y confiable?  Si es así, ¿este mejor servicio vale los precios más altos que cobra?  Otras empresas de servicio de correo argumentan que su servicio de entrega urgente es igualmente bueno y que sus precios son mucho más bajos, sin embargo, según la participación en el mercado, la mayoría de los consumidores perciben lo contrario.

SATISFACCIÓN DEL CLIENTE:     La satisfacción del cliente depende del desempeño percibido del producto, en relación con las expectativas del comprador.
·         Si el desempeño del producto no cubre las expectativas, el cliente se sentirá insatisfecho.
·         Si el desempeño coincide con las expectativas, el cliente estará satisfecho.
·         Si el desempeño excede las expectativas, el cliente se sentirá muy satisfecho o incluso encantado.

Los clientes que se sienten muy satisfechos hacen compras repetidas y les cuentan a los demás acerca de sus buenas experiencias con el producto.  La clave consiste en hacer coincidir las expectativas del cliente con el desempeño de la empresa.

Niveles y herramientas de la relación con el cliente
Las empresas construyen relaciones con el cliente en varios niveles, dependiendo de la naturaleza del mercado objetivo.  En un extremo, una empresa con muchos clientes de escaso margen buscaría establecer relaciones básicas con ellos: a través de la publicidad diseño de marca, promociones de venta, servicio de respuestas automática, web service, app, etc..  En el otro extremo, en los mercados con pocos clientes y amplios márgenes, los vendedores buscan crear sociedades completas con sus clientes.  Por ejemplo, Boeing está asociada con American Airlines y otras líneas aéreas para diseñar aviones que satisfagan por completo sus requerimientos.  Entre esas situaciones extremas hay otros niveles de relaciones con los clientes.

En la actualidad, la mayoría de las empresas líderes desarrollan programas para fomentar la lealtad y la retención del cliente.  Además de ofrecerles niveles altos de valor y satisfacción utilizan herramientas de marketing específicas para establecer vínculos más fuertes con los consumidores.  Por ejemplo, podemos recompensar a los clientes que compran a menudo como en el caso de YPF Serviclub o el sistema de millas de las aerolíneas o de huésped frecuente en hoteles.  Otras empresas patrocinan programas de marketing para asociaciones que ofrecen descuentos especiales a sus miembros y crean comunidades de asociados.  Por ejemplo: Harley- Davidson patrocina al Harley Owners Group (H.O.G.), que brinda a los poseedores de una motocicleta Harley "una forma organizada de compartir su pasión y de demostrar su orgullo".

La naturaleza cambiante de las relaciones con el cliente
Están ocurriendo cambios significativos en la forma en que las empresas se relacionan con sus clientes.  Las empresas de antaño se interesaban en el marketing masivo para todos los clientes a su alcance. Las empresas actuales construyen relaciones más directas y duraderas con clientes seleccionados de forma más cuidadosa.

1.       Selección de Clientes
En la actualidad, pocas empresas practican un marketing masivo (vender de manera estandarizada a cualquier cliente que llegue), la mayoría de los gerentes de marketing buscan un menor número de clientes y lograr la mayor rentabilidad posible de ellos.

Hace tiempo que comenzó un doble juego desde los encargados del mercadero mediante el cual buscan la forma de proporcionar mayor valor para los clientes a la vez que evalúan el valor de los clientes para la empresa e indagan de que forman pueden obtener todavía más de ellos, ya sea mediante una oferta accesoria, un producto de naturaleza diferente o simplemente incrementar su participación.  Una vez que se cuenta con el favor y confianza del cliente la organización podrá llegar con mayor facilidad a él.

Denominado manejo selectivo de relaciones se realiza el análisis de la rentabilidad del cliente para focalizarnos en los de mayor valor y, de ser necesario, dejar ir a los de menor valor.  Estos procedimientos han sido muy estudiados y son permanentemente aplicados por la industria bancaria que selecciona, clasifica y atiende a sus clientes de acuerdo a la rentabilidad real que cada uno de ellos signifique.  Calculan el valor del cliente con base en factores como el saldo promedio en una cuenta, la actividad de la cuenta, el uso de servicios, las visitas a sucursales y otras variables.  Un representante bancario de servicio al cliente utiliza ese tipo de calificaciones del cliente para decidir cuantos beneficios otorgarle: una menor tasa de interés en el crédito o eximir cargos por cheques sin fondos, etc.  Los clientes redituables a menudo consiguen lo que desean; sin embargo, aquellos cuyas cuentas representan pérdidas monetarias para el banco rara vez conseguirán algo por parte de los representantes.


2.       Relaciones a largo plazo

De la misma forma que las empresas se están volviendo más selectivas respecto de los clientes a quienes atender, ahora tienen en cuenta a los clientes elegidos de una forma más profunda y duradera.  Las empresas utilizan la administración de relaciones con el cliente para retenerlos y diseñar relaciones redituables a largo plazo con ellos.  El nuevo enfoque señala que el marketing es la ciencia y el arte de localizar, retener y cultivar clientes redituables.

Como cualquier relación a medida del paso del tiempo la confianza crecerá, lo mismo que la fidelidad.  Una relación a largo tiempo dará previsibilidad de las acciones y del desarrollo general del negocio aunque nunca deberá, por esto, bajar la inversión en el mercadeo.

3.      Relaciones directas
Además de conectarse más profundamente con sus clientes, muchas empresas también se conectan de forma más directa.  Los clientes tienen la oportunidad de comprar casi cualquier artículo sin acudir a una tienda: por sistema web para pedidos por correo.  Los encargados de compras compran de forma rutinaria en los Web artículos que van desde el abastecimiento estándar para la oficina, hasta costosos equipos de cómputo de alta tecnología; es más, algunas empresas venden únicamente a través de canales directos (Amazon.com).  Hoy el internet maneja las relaciones de forma directa, o al menos eso es lo que pareciera pues siempre habrá que fortalecer estas acciones mediante charlas directas vía video, celular, etc.

Hay quien afirma que el marketing directo es "el modelo de marketing del futuro", y visualizan un día en el que todas las compras y las ventas implicarán conexiones directas entre las empresas y sus clientes.


Administración de las relaciones con los asociados
Cuando se trata de crear valor para el cliente y establecer relaciones sólidas con él los gerentes de marketing actuales saben que no pueden hacerlo solos sino que deben trabajar de cerca con diversos asociados de marketing: quienes colaboran de forma directa ya sea en la forma de empleados, contratados, etc, quienes nos proveen productos y servicios, consideramos como asociados a todos los factores que contribuyen con la realización de nuestra oferta de marketing (marketing mix).

1.       Asociados dentro de la empresa
Hoy en día se considera que el marketing no es el único responsable de las interacciones con el cliente, cualquier área funcional puede interactuar con ellos: cada empleado debe enfocarse en el cliente.  David Packard, cofundador de Hewletl-Packard, dijo: "el marketing es demasiado importante para dejarlo sólo en manos del departamento de marketing".  En la actualidad, en vez de permitir que cada departamento trabaje por su cuenta, las empresas vinculan a todos los departamentos para lograr el objetivo de crear valor para el cliente.

2.       Asociados de marketing fuera de la empresa
También está cambiando la forma en que los gerentes de marketing se vinculan con sus proveedores e incluso con sus competidores.  Los canales de marketing incluyen distribuidores, minoristas y otros que vinculan a la firma con sus compradores.  La cadena de suministro describe un canal más largo que abarca las materias primas, los componentes y los artículos finales que se llevan hasta los consumidores finales.

Captura del valor de los clientes
Los primeros cuatro pasos del proceso de marketing implican la construcción de relaciones con el cliente, al crear y entregarle valor superior;  el paso final se refiere a captar valor a cambio en forma de ventas actuales y futuras, participación de mercado y ganancias.

1.       Formación de la lealtad y retención del cliente
Una buena administración de las relaciones con el cliente origina alta satisfacción en él.  A la vez, los clientes muy satisfechos permanecen leales y hablan a otros de manera favorable acerca de la empresa y de sus productos.  Algunos estudios muestran grandes diferencias en la lealtad de los clientes casi insatisfechos, satisfechos hasta cierto punto y totalmente satisfechos.  Incluso una ligera disminución de la satisfacción completa originaría un enorme descenso en la lealtad.  Por lo tanto, el objetivo de la administración de la relación con el cliente no es sólo crear satisfacción del cliente, sino su deleite.

Las organizaciones se están dando cuenta de que perder un cliente significa perder algo más que una venta, significa perder el flujo de compras total que el cliente realizaría durante una vida de patrocinio. Por ejemplo, veamos un caso de valor de por vida del cliente: En grandes supermercados cada cliente insatisfecho puede implicar una pérdida de US$50.000,°°. ¿Por qué? Porque un cliente promedio gasta alrededor de US$100 a la semana, compra 50 semanas al año y permanece en el área durante cerca de diez años y si tiene una experiencia desagradable y cambia a otro supermercado perdería US$50.000,°° en ingresos futuros.  La pérdida sería aún mucho mayor si el cliente desilusionado comparte su mala experiencia con otros clientes y origina que ellos deserten. Hay quien aplica las siguientes reglas:

1.     el cliente siempre tiene la razón
2.    si el cliente se equivoca alguna vez, ¡será necesario aplicar nuevamente la regla 1!

Una empresa quizá pierda dinero en una transacción específica, y aun así obtenga un gran beneficio de una relación a largo plazo.

2.       Incremento de la participación del cliente

Más allá de retener buenos clientes para captar su valor de por vida, se debe de incrementar la participación del cliente, ya sea en cantidad o en diversidad.  Si ya se tiene la confianza del cliente debemos intentar hacerlo partícipe de otras ofertas.

Para aumentar la participación de su cliente, las empresas fortalecen sus relaciones ofreciendo mayor variedad.  O quizá capaciten a sus empleados para lograr compras cruzadas y ventas ampliadas, para comercializar más productos y servicios con los clientes existentes.

Siendo originalmente un vendedor de libros on-line, Amazon ahora ofrece a los consumidores música, videos, regalos, juguetes, artículos electrónicos, productos de oficina, artículos para el hogar, productos de jardinería, ropa, etc.  Además, con base en el historial de compras de cada cliente, la empresa les recomienda libros, discos compactos o videos relacionados que les serían de interés.  De esta forma, Amazon.com capta una mayor participación del presupuesto de sus clientes.


¿Qué es el valor del cliente?

El fin último de la administración de las relaciones con el cliente es producir un alto valor del cliente, lo cual es una combinación del tiempo de vida de los clientes de una empresa, descontada de los compradores actuales y potenciales de todas las empresas.  Cuanto más leales sean los clientes redituables de la empresa, mayor será el valor del cliente para la empresa.

El valor del cliente puede ser una mejor medida del desempeño de una empresa que su participación en el mercado. Mientras que las ventas y la participación en el mercado reflejan algo pasado, el valor del cliente sugiere el futuro.

Tomemos el ejemplo de Cadillac: Durante las décadas de 1970 y 1980, Cadillac tenía a algunos de los clientes más leales de la industria.  Para toda una generación de clientes de automóviles, el nombre "Cadillac" definió el lujo estadounidense.  En 1976, la participación de Cadillac en el mercado de los vehículos de lujo alcanzó un enorme 51 por ciento.  Con base en la participación de mercado y en las ventas, el futuro de la marca parecía brillante.  Sin embargo, las medidas del valor del cliente hubieran pintado una imagen más sombría. Los clientes de Cadillac estaban envejeciendo (tenían una edad promedio de 60 años) y el valor de por vida para el cliente medio estaba disminuyendo; muchos consumidores de Cadillacs estaban conduciendo su último automóvil. Por lo tanto, aun cuando la participación de Cadillac en el mercado era buena, el valor de sus clientes no lo era.  Comparemos esto con BMW .Su imagen más juvenil y vigorosa no le permitió ganar la primera guerra por la participación en el mercado.  No obstante, consiguió clientes más jóvenes, con mayor valor o esperanza de vida. El resultado: Cadillac ahora capta sólo aproximadamente un 15 por ciento del mercado, menos que BMW; además, el valor del cliente de BMW continúa siendo mucho más elevado, pues tiene más clientes con un mayor valor promedio por vida. De manera que la participación en el mercado no es la respuesta; deberíamos preocupamos no sólo por las ventas actuales, sino también por las ventas futuras.  El valor de por vida del cliente y su valor para la empresa son la clave del juego.

3.      Relaciones correctas con los clientes correctos

Los clientes son activos que necesitan ser administrados y maximizados, pero no todos los clientes significan buenas inversiones, hasta algunos clientes leales podrían ser poco o nada rentables.

¿Qué tipo de cliente debería adquirir y retener la empresa?  "Hasta cierto punto, la elección parece obvia: conservar a los que gastan mucho de manera consistente, y descartar a los que gastan poco de forma errática", dice un experto." ¿Pero qué hacemos con quienes gastan mucho de manera errática y quienes gastan poco de manera consistente? A menudo no está claro si deberían adquirirse o retenerse, y a qué costo".  Estas decisiones son parte del análisis que se realiza al momento de definir la estrategia, pues cada organización y negocio en particular aceptará con menor o mayor esfuerzo cada tipo de cliente que se presente.

La empresa podría clasificar a los clientes de acuerdo con su rentabilidad potencial y administrar sus relaciones con ellos en consecuencia.

Podemos clasificar a los clientes en cuatro grupos de relaciones, según su rentabilidad y su lealtad proyectada.  Cada grupo requiere de una estrategia diferente de administración de las relaciones. A cada grupo le damos un nombre distintivo: los extraños, las mariposas, los amigos verdaderos y las lapas.

Los "extraños" muestran una baja rentabilidad y una escasa lealtad proyectada; hay poca coincidencia entre las ofertas de la empresa y sus necesidades.  La estrategia de manejo de relaciones con estos clientes es sencilla: no invertir nada en ellos.

Las "mariposas" son rentables pero no leales; hay un buen ajuste entre las ofertas de la empresa y sus necesidades. Sin embargo, como verdaderas mariposas, podríamos disfrutarlas durante un momento y luego se marchan.  Un ejemplo son los inversionistas del mercado de valores que comercian acciones a menudo y en grandes cantidades, pero que disfrutan encontrar los mejores tratos sin establecer una relación firme con ninguna agencia de bolsa.

Solo habrá que disfrutar a las mariposas en el momento; y utilizar ataques promocionales para atraerlas, crear transacciones satisfactorias y rentables con ellas, y después dejar de invertir en ellas hasta que aparezcan nuevamente.

Los "amigos verdaderos" son rentables y leales.  Existe un gran ajuste entre sus necesidades y las ofertas de la empresa.  La empresa busca hacer inversiones continuas para mantener esa relación y hacerlos crecer, convirtiéndolos en "creyentes verdaderos", que regresen de manera regular y cuentan a los demás sobre sus buenas experiencias con la empresa.

Las "lapas" son bastante leales pero no muy rentables; existe un ajuste limitado entre sus necesidades y las ofertas de la empresa.  Por ejemplo, los pequeños clientes bancarios que hacen transacciones de manera regular, pero no generan rendimientos suficientes para cubrir el costo del mantenimiento de sus cuentas.  Al igual que lapas en el casco de un barco, sólo obstruyen.  Tal vez las lapas sean los clientes más problemáticos.  La empresa podría incrementar su rentabilidad al venderles más, incrementar sus cuotas y comisiones o reducir el servicio que les brindan.  Sin embargo, si no se vuelven rentables, deberían ser "despedidas".

Los diferentes tipos de clientes requieren de distintas estrategias de administración de las relaciones.  El objetivo entonces es establecer las relaciones correctas con los clientes correctos.